Son muchas las situaciones en las que contar con una asesoría fiscal es más que recomendable. Aquí tienes algunas de las más frecuentes.
La gestión y el asesoramiento sobre impuestos suelen estar entre las áreas más consultadas por las empresas. De hecho, en la mayoría de las ocasiones los asesores fiscales trabajan de forma externa con las empresas; es decir, no trabajan de forma exclusiva, sino que tienen diferentes clientes.
Estas son algunas de las situaciones para las que resulta correcto confiar en una asesoría fiscal:
1. Cuando se inicia una actividad profesional. Tanto autónomos, pymes como grandes empresas necesitan cumplir con una serie de obligaciones tributarias y laborales. Para ello conviene tener todo el asesoramiento para dar los pasos adecuados y tener toda la documentación en regla.
2. Para llevar al día las obligaciones fiscales. Muchos autónomos y empresas encuentran serios problemas para entender la terminología y las obligaciones tributarias. Además, a menudo se une que no disponen de demasiado tiempo para dedicarlo a estas tareas. En estos casos una asesoría fiscal puede ser de gran ayuda.
3. Ante cualquier tipo de reestructuración empresarial. Las fusiones, compras o reajustes en las empresas llevan aparejadas consecuencias en términos de impuestos. Un asesor fiscal cuenta con los conocimientos precisos para guiarte en el proceso.
4. Planificación fiscal y patrimonial. Una asesoría fiscal ayuda a las empresas a ver de forma más estratégica sus números y tomar decisiones más inteligentes. El asesor fiscal notifica a su cliente qué momentos resultan más propicios hacer una inversión en la empresa, por poner un ejemplo.
En Creativa Asesores hemos estado junto a muchos clientes que necesitaban asesorías en Sevilla para estas situaciones. Si te encuentras en un caso parecido o buscas la ayuda de una asesoría fiscal en Sevilla, puedes tener en cuenta estas claves para elegir una asesoría fiscal.